domingo, 25 de mayo de 2008

Entrevista a Gilberto Guevara Niebla

Nos encontramos con Gilberto Guevara Niebla, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, Director de la revista Educación 2001; sus principales líneas de investigación se centran en la educación moral, Sistema Educativo Mexicano y Educación Superior. También es autor de Democracia y Educación (1998) y Lectura para maestros (2002), entre otros. Y es acerca de la educación básica de lo que platicaremos el día de hoy.
-Para iniciar ¿Cómo calificaría el nivel de educación que tenemos en México?
-Yo creo que hay que relativizar cualquier juicio sobre la educación, pero digamos en términos de escolaridad México sin duda alguna tiene un sistema educativo enorme, vastísimo.
-Se han realizado evaluaciones en diferentes áreas del conocimiento, a nivel internacional, sin embargo, no se dieron a conocer los resultados en donde México aparecía en último lugar, ¿qué podemos inferir de esos resultados?
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Bueno, yo creo que no se puede hacer un juicio categórico a partir del resultado de un examen, pero sin duda alguna son indicadores importantes para juzgar el nivel en que se encuentra la educación. El hecho de que, en el caso del examen del Instituto de Educación de Aguascalientes, en el que participaron aproximadamente 40 países, creo, México haya ocupado penúltimo y último lugar es altamente significativo, inquietante, preocupante.
Lo mismo ocurre en todas las evaluaciones comparadas de las que tenemos noticia, quizá una excepción notable fue un examen de National Geographic, que realizó National Geographic hace unos 8 años, 6 años, sobre geografía, en donde México ocupó un notable tercero o cuarto lugar.
-Entonces, ¿es posible que la enseñanza en las escuelas se enfoque más a áreas como geografía o ciencias humanas y no a las materias con las que se ha participado en estos concursos, enfrentando a otros países?
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No, éste es un caso excepcional, y habría que explicarlo, estudiar, buscar las explicaciones profundas. Pero en realidad nuestro sistema educativo en la educación básica se ocupa principalmente de lengua y matemáticas.
Nuestro problema es que simplemente el tiempo del ejercicio docente a veces no es suficiente para abarcar las otras materias en el caso de la educación primaria y, bueno, la investigación educativa está muy centrada en matemáticas y español, las áreas digamos de habilidades, que pertenecen al campo de la enseñanza o de la instrucción, como son matemáticas, español, ciencias naturales, ciencias sociales, son lo que constituye la columna vertebral, del currículum.
-¿Es por eso que abandonó, al menos en sus escritos, a la educación superior, la cual le había ocupado por muchos años, y puso más interés en la educación básica? ¿Por qué?
-Debo confesar que la educación básica ha sido un interés permanente en mí. Comencé a tratar los temas educativos desde mi época de estudiante, nunca he sido estrictamente un académico tradicional; gran parte de mi trabajo podría calificarse de divulgación, aunque he tenido oportunidad de producir conocimientos, algunos con cierta oportunidad, podríamos llamar política, han tenido una difusión más amplia de lo que se esperaba. Fue a partir de mi experiencia en educación superior que comencé a reflexionar e interesarme de manera cada vez más fuerte en los temas de educación básica.
-Menciona que una de las dificultades para salir adelante proviene de la educación primaria y secundaria. Entonces ¿cómo considera que se podría corregir esta deficiencia?
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Creo que una reforma educativa, para que sea real, necesita modificar los mecanismos del poder dentro del sector educativo. ¿Qué quiere decir modificar los mecanismos de poder? Quiere decir distribuir de otra manera las facultades de decisión dentro del sistema. Lo que sucedió fue que a medida que se expandía el sistema escolar, se atendía la demanda de servicios, se ampliaba la cobertura; en esa medida se iba perdiendo el control de la autoridad única que existía, sobre lo que pasaba en las escuelas. Resultado de esta ausencia de control es que los profesores, según pudimos demostrar en una investigación que realizamos, hacían en el aula prácticamente lo que querían porque no había, finalmente, control; había un exceso de regulaciones centrales, una camisa de fuerza normativa impresionante; el profesor tenía normas para todo, pero en la práctica ninguna de esas normas operaba y en el aula había una libertad prácticamente absoluta e irrestricta.
-Para terminar, ¿A qué le atribuye la posible falta de atención del maestro hacia su alumno?
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En la actualidad, la planta docente ha dejado de lado el compromiso social y la flexibilidad de sus funciones, pues hoy en día los maestros tienen que decidir en dar clases o realizar una investigación, en atender a sus alumnos después de la hora de clase o atender sus asuntos personales.
Hoy en día el alumno es un ser anónimo, que rara vez tiene oportunidad de ser atendido por su tutor. El vínculo alumno -maestro es un problema fundamental.