Realizar homenajes a personas con cargos importantes, como lo tuviera la directora fundadora del Teatro Juárez, Mayra Habib Benítez, despierta en mí la inquietud de encontrar la parcialidad de organismos que tienen el poder de decidir el destino de espacios culturales en la ciudad de Oaxaca, limitando la difusión de diversos actos artísticos y por qué no decirlo, de otras personalidades en el ámbito de las bellas artes.
El homenaje póstumo a Mayra Habib se llevó a cabo en el teatro Juárez, lugar de trabajo y escenario que compartieron cantantes, actores, músicos y alumnos para rendirle esta significativa distinción y que reflejara la estima hacia la gestora cultural que los apoyó en su desarrollo artístico, dando como resultado su constante participación en un escenario de renombre como lo es este espacio de cultura.
Sin embargo, ¿qué pasará cuando alguno de los personajes, incluyendo técnicos, que participaron en este homenaje, muera? En mi opinión no estoy segura de que puedan abrir un espacio a las personas interesadas, tal vez sí hagan mención en alguna puesta en escena o cualquier acto en el que haya incursionado esta persona o quizás envíen un arreglo floral, pero no un homenaje de casi dos horas como el que he presenciado.
Habrá personas que opinen lo contrario, pero el hecho es que, al no tener un cargo importante frente a los dueños de los espacios culturales, pasará desapercibida la ausencia de personas que son importantes en este ámbito y que han contribuido a la formación de este gran trabajo, me refiero al de mantener y desarrollar la cultura oaxaqueña.
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